Si bien lo habitual es que las pensiones de alimentos a favor de los hijos se mantengan hasta que estos tengan independencia económica, sin que se extingan solo por el hecho de que alcancen la mayoría de edad, es bien cierto que se da con mucha frecuencia (quizás demasiada actualmente), que los hijos no alcanza esa independencia económica, aunque sea parcial, porque no estudian y les es más cómodo que se lo costeen todo sus padres y seguir viviendo eternamente en el hogar de papa o de mama, donde lo tienen todo hecho.
La Sala 1ª del Tribunal Supremo, en Sentencia de 22 de junio de 2017, establece que:
“(…) El art. 93 del C. Civil establece la necesidad de que los padres atiendan económicamente los alimentos de los hijos mayores de edad, si carecieran de ingresos propios, alcanzando a los que aún no hayan terminado su formación, por causa que no les sea imputable a los hijos ( art. 142 del C. Civil ).
El art. 152 del C. Civil establece la cesación de la obligación de prestar alimentos, cuando el hijo pueda ejercer una profesión u oficio.
El apartado 5 del art. 152 del C. Civil establece la cesación de la obligación de prestar alimentos:
‘Cuando el alimentista sea descendiente del obligado a dar alimentos, y la necesidad de aquél provenga de mala conducta o de falta de aplicación al trabajo, mientras subsista esta causa’.
Art. 142:
‘Se entiende por alimentos todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y asistencia médica. ‘Los alimentos comprenden también la educación e instrucción del alimentista mientras sea menor de edad y aun después cuando no haya terminado su formación por causa que no le sea imputable’.
En el fundamento de derecho tercero, el Tribunal Supremo, interpretando esta normativa entiende que no puede establecerse un límite temporal a los hijos mayores de edad, relativo a la conclusión de sus estudios” .
“(…) En la resolución recurrida consta como probado por directa mención o por acogimiento de lo declarado en la instancia que:
1. Emilio nació el NUM000 de 1994.
2. ‘Durante su adolescencia Emilio, ha sido un pésimo estudiante’.
3. Terminó la ESO con 20 años.
4. En 2011 tuvo siete insuficientes.
5. En 2012 y 2013 no cursó estudios.
6. Al interponerse la demanda de modificación de medidas Emilio se matriculó en formación profesional, rama de automoción, cuyo aprovechamiento no consta.
7. Convive con su madre.
Partiendo de estos hechos ha de acogerse la pretensión esgrimida en el recurso, (…), declarando la extinción de la pensión alimenticia, incluida la contribución al alquiler, en su día fijada, dado que no consta aprovechamiento alguno del hijo mayor de edad (…), pues pese a estar en edad laboral ni trabaja ni consta que estudie con dedicación, ya que solo se acredita la matriculación en fechas inmediatas a la interposición de la demanda de modificación de medidas.
Esta sala, debe declarar que la no culminación de estudios por parte de Emilio es por causa imputable a su propia actitud, dado el escaso aprovechamiento manifestado de forma continuada, pues no se trata de una crisis académica coyuntural derivada del divorcio de los padres.
De lo actuado se deduce que el hijo mayor de edad reunía capacidades suficientes para haber completado su formación académica, debiéndose las interrupciones y la prolongación en el tiempo a su escasa disposición para el estudio. Tampoco consta intento de inserción laboral” .
Con ello, los obligados a pagar pensión de alimentos a favor de sus hijos, no están obligados a mantener dicha pensión de forma indefinida a la espera de que sus hijos alcancen una independencia económica, ya que dependerá de la actitud de esos hijos, de si se encuentran cursando estudios, si están en búsqueda activa de empleo etc.. etc.., y siempre teniendo por supuesto en cuenta la edad de esos hijos, ya que no se puede considerar justificado que se tenga que abonar pensión de alimentos por ejemplo a un hijo que cuenta con treinta años o más solo por el hecho de que esté aun estudiando, si esos estudios les está llevando más tiempo del lógico y habitual.